KUALLI TLANEXTLI

PAOLA SANTANA, 2005

"QUE SU SOL SEA BRILLANTE"


IN TLANEZTIA IN TONATIUH NOCHTIN


PUES ¡EL ES DIOS COMPADRITOS!

Escribiendo con el permiso de Dios primeramente, con el permiso del Sr. San Francisco y su santísima Cruz, con el permiso de mi nana Josefina García, con el permiso de mi tata Guillermo Gallegos Juárez y de todos los lectores sin distinción cual ninguna, les platicaré...
El día 12 de agosto del año 2000 a los 87 años de edad, murió a causa de una peritonitis mi abuelo materno y heredero por merecimiento de la palabra del Sr. San Francisco de Asis, en el barrio de Coyoacan, México. Así entonces, papá memo, como le decíamos todos sus nietos biológicos y no, desapareció de mi vista, dejé de escucharlo, dejé de oler su peculiar aroma de carpintero, ya no sentí más sus manos rasposas sobre las mías, ya no lo vi despertar... Fue una velada, acongojada, esa la de su muerte, yo llegaba dispuesta a quedarme con él esa noche cuando mi tía Concha dijo, -"ya no", nos van a dejar pasar a todos, una hora cada uno-. Así fue, cada quien eligió su lugar en la fila de la espera, tal vez mis queridos y dolidos tíos no tenían cabeza para pensar en la fiesta de San Francisco, sin embargo, mi mamá y yo no podíamos dejar de hacerlo, era lo que más le importaba a mi abuelo, era por lo que se esforzaba y se movía, por lo que crecía y soñaba.... En los ojos de mi abuelito vi la verdadera luz de las lunas de Octubre, cuando al terminar la fiesta le daba un beso a la imagen de San Francisco y le decía "servido mi señor", tomaba un jarro de café poco cargado y muy azucarado, pedía un pan bolillo duro y se acostaba... entonces me llamaba "¡Polilla!" (cuauohcuilli en nahuatl), cuando llegaba a él, soplaba por detrás de mis orejas y me daba un beso, así, esa única noche, todo esta bien...
Mientras caminaba rumbo al él en el hospital, mi cuerpo temblaba, dejé de pensar, subí al elevador casi mecánicamente, al salir se escucho el solo sonido de un respirador, era el de papá memo, no lo sabía de cierto entonces, sin embargo solo pude caminar en la dirección del ruido y rápido, como si no tuviera más tiempo....Lo besé entero, revise su cara y sus manos, acerqué mi cara a la suya solo para sentir su calor último, sentí su gran barriga que dejo de ser dura (sus tres quistes en el estómago habían explotado ya), pensé en el estandarte que mi tata quería levantar con la imagen de la Santa Cruz de San Francisco para que la danza lo revoleara como bandera.. pensé que eso le faltaba hacer, pero ya no podía pedirle que resistiera más. Llore calladamente porque sabía que me escuchaba, salí de la habitación, a mis espaldas el respirador dejo de sonar, solo fué un momento, el suficiente para hacerme recordar que era la única oportunidad que tendría para que sus pendientes fueran resueltos por mi conducto... Solo le dije "papá memo, no se preocupe, el estandarte lo levantaré en su memoria, la fiesta de San Francisco seguirá, yo la haré después de mi madre y me encargaré de que que el mensaje sea entregado.... no se preocupe". Se que no lo mal entendí, mi abuelo me lo había pedido con palabras antes, me lo dijo cada año en vísperas de la fiesta, cada vez que buscábamos al General Camilo Barcenas y a la Generala Josefina García en medio de la fiesta de Nativitas o los Remedios, me lo hacía saber cada vez que escuchaba su avejentada voz decir "pues, ¡Él es Dios compadritos!". y me tomaba de la mano, como quien enseña, y continuaba hablando...
Mi tía Concha se quedaría con él el resto de la noche... pero no pasaron ni diez minutos de que yo había bajado de esa escandalosa habitación, cuando mi tía nos advirtió la noticia con un gesto desencajado que jamás le había visto, papá memo había perecido. Mi mamá, con toda esa fuerza que tiene, no pudo decir nada, solo lloro, y es el llanto más silencioso y triste del que se.
Ahora la fiesta, es la más grande herencia que comparto con mis tíos y primos Gallegos y con todos aquellos que se dejan mover por la voluntad, la herencia que me ha echo la mujer que soy, el legado que mi abuelo a través de su esmero y cariño supo transmitir y que mamá Carmelita, su esposa y heredera de sangre, supo hacerme sentir, aún sin conocerla físicamente.
El Pantli de mi abuelo fue levantado con la imagen de San Francisco abrazando el nahui ollin, el seis de octubre del año de su muerte, le dio luz la generala Josefina García y el Capitán Miguel Alvarado, su alférez fue Mario Gallegos, sus columnas Carmen Gallegos, Rafael Gallegos, Guillermo Gallegos (hijo) y Concepción Gallegos...su vigía Paola Santana Gallegos.
A siete años de la muerte de mi abuelito, puedo volver a olerlo,a escucharlo, a sentirlo, y se que un día lo voy a volver a ver...

Este año la fiesta se hará los días seis y siete de octubre (velación y danza) y las puertas del conocimiento que no se puede decir estarán abiertas para todos ustedes.... y como dice uno de mis jefes..."si quieres saber, pregunta"

Soy Paola Santana, sahumadora de la mesa de la Danza Azteca de la Virgen de San Juan y heredera de la palabra de la Santa Cruz de San Francisco.

¡EL ES DIOS!